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Partumba, poema

PARTUMBA

Y encendieron la luz

como si fuese imperiosa o ese ser demandara una existencia.

Desde nacer se vislumbra la nada avanzando pese a todo

apagando cascabeles tal quien cose la boca de un sapo estupefacto

bajo el brillo sospechoso de una eventual locura

De allí el más sincero, puro, brusco, imprescindible primer llanto

No tenerlo resulta irrazonable

pues se ha de sobrevivir llantimamando

Llorar después es vano

a pocos pasos el mundo queda sordo, ciego, indiferente

En ojos que pierden asombro entra frío

angustia, dolor, temor, calor, felicidad, placer

Y cuantos ingredientes amargos y dulces ofrece la vida

 

Lo único que podía darme mi Dios

¡Mi pobre Dios!

Me lo ha dado en el aire de la primer mañana

Sólo eso tiene para dar y es suficiente

Lo es todo

Aquello que comienza a extrañar quien agoniza

Así que a media fiesta

hechos a la danza cual trompos se nos duermen los músicos

El sonido restante es entropía

que en forma irreversible cargo se hará de acallar gozos

Y el muerto atónito ve apagarse la luz

como si fuese innecesaria o a alguien molestara su existencia

Pues hasta la última, no existirá respuesta insoslayable

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