SOLEDANDO
Mi soledad, moribundo que no muere
muestra la mueca triste del amigo que me mata a traición
Siempre tiene sitio junto a mí
mas ha de resignarse al soliloquio
de este tipo inseguro que la aprecia
desde que lo consuela en las derrotas
Se burla remarcando mis carencias
mientras la vacío de aquello que rechazo
Mas implora perdón por serme fiel
y exige tan solo que la acepte
Se congratula de encontrarme disponible apareciendo
cada vez que me es indespensable
mientras muero
Es la amante rechazada que una y otra vez
vistiendo nostalgias regresa
y se acurruca a mis pies
cual compañía tenaz de perro ajeno
Es el revolver frío que me cela
El boleto de un tren que ya no pasa
La madre enajenada que me adopta
tan sólo por saciar mi desconsuelo
Mi soledad es una boca que enmudece
un grito contenido en dentadura
que mordiéndose en mitad de la lluvia
anhela morir de sed de puro gusto
mientras atesora allá, profundamente
el alma eterna de ayeres sin retorno.
Errada llave de puertas impasibles
llega acaso también a ser molesta
cual caricia derramada a medio lecho
por extraña mujer, desconocida
mientras mi alma amanece
en distante lugar, inaccesible
junto al corazón que ya no tengo
pues con total pasión allÍ he dejado
Mi soledad me quiere de testigo
para darse cuerpo y tomar peso
ya que así la he construido
plena ella de encuentro y despedida
semejante a canción triste que en la noche
entra por la ventana y sin permiso
pretende iluminarme la existencia
Mi soledad, tan obediente y fiel
circunda la sazón de mi saliva
para resplandecer en mi penumbra
Se asemeja a estos versos mustios que ahora acallo
para saborear por completo, intensamente
toda esta soledad escandalosa.