Un joven aspirante a periodista, tras la sugerencia del editor del medio en el cual trabaja, fracasa en sus intentos de hacer contacto con cierto bloguero que lleva un sitio algo fuera de lo común.
Sin embargo años después, cuando ya su vida ha seguido otros rumbos, vuelve sobre el tema y tras enterarse de la trama que justificó la existencia de dicho blog, decide publicarlo.
De esa forma expone las vivencias de aquél hombre, uno más entre millones, que enfrenta a su manera la dificultosa empresa de hallar una felicidad que le es esquiva.
En dicho blog Milton Ruiz –hombre ya maduro que desea lograr la plenitud en una vida sexual que no le satisface– acosado por la soledad se sumerge en la iniciativa de exponer sus confesiones y sus anhelos.
En su fuero íntimo pretende también hallar esa mujer con la cual pueda finalmente sentirse realizado, de allí el nombre que ha dado a su blog.
Decide hacerlo desde un punto de vista humorístico, riendo de sus propios fracasos. Pero su ojo analítico no puede evitar que a medida que incursiona en sus vivencias asomen heridas, resaca de viejas tempestades que han dejado huella en su espíritu.
Aparecen entonces detalles con visos dramáticos que –aun soslayándolos– profundizan cada vez más su ahogo. Durante el trayecto de la permanencia de su blog en la red sus seguidores emiten diversos puntos de vista, ya animándolo, ya criticándolo.
Toda la vida de Milton Ruiz se deshace, se evapora, diluyéndose entre el desprecio de su familia y la incomprensión de varios de seguidores. ¿Hay una luz al final del camino? ¿Todo ha sido gris en su vida? Ese sabor particular de sus vivencias podrá determinarse solo al fin de la historia.